Todo comenzó con el estado de alarma que trajo consigo el confinamiento de toda la población, entrando en vigor un domingo 15 de marzo a las 00:00. Y de la noche a la mañana todo cambió. Lo que podíamos hacer el día anterior ya no lo podíamos hacer, ni salir a la calle a pasear, ni ir a ninguna actividad y estaba claro que tampoco ir a clases de Yoga. Fue un momento sobre todo de mucha confusión, de no saber lo que hacer, era el momento, en el tema profesional (con mis clases de Yoga) de pensar rápido y actuar aún más rápido. He hice eso. Tengo la suerte de tener una terraza grande en mi casa y decidí grabar clases justo ahí para que todos mis alumn@s no se quedaran sin sus clases de Yoga. Y la primera clase justo fue un día después, el lunes 16 de marzo. Ahí empezó mis “nuevas” clases de Yoga tanto para mí como para mis alumn@s.
Como dijo el escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98 Miguel de Unamuno “Renovarse o morir”. Intenté desde la primera clase que fuese igual como las doy en las clases presenciales para que a los alumn@s no estuviesen desubicados y que todo les fuese familiar. Y la verdad es que funcionó. Durante esos días, semanas y meses abrí las puertas de mi casa para que todos mis alumn@s entraran en ella y por supuesto ellos abrieron la suya para que yo también entrara. Una manera diferente de practicar Yoga pero por los mensajes positivos y de agradecimiento recibidos de ell@s durante toda la pandemia, he llegado a transmitir esa energía/química que se produce en una clase de yoga presencial pero online. Hasta decidimos realizar un video con fotos practicando Yoga cada uno en su casa con la canción de moda, Resistiré [https://youtu.be/oYL74SEzqHg].
Luego llego el desconfinamiento a finales de mayo donde volvimos al centro de Yoga con todas las medidas de seguridad con las clases presenciales pero continúe compaginándolas con las online. Eternamente agradecido a cada uno de los alumn@s que me siguieron y que me siguen y comparten conmigo este camino llamado Yoga. Como dijo Lao Tse “El agradecimiento es la memoria del corazón”. Así que mil gracias.
Namasté